viernes, 7 de marzo de 2014

MIS VILLANOS FAVORITOS

No es un ranking, porque no puedo decidirme entre cuál de los tres me gusta más en su totalidad. Si que, no obstante, hay cosas en unos que me gustan más en otros. ¡Comienza pues el “ranking” de mis tres villanos favoritos! El orden no quiere decir nada, cada cual tiene su punto especial que lo hace mejor que los otros. Sí, lo sé, es una paradoja, pero es tal cual. Vamos allá.


NÚMERO 1.


Si bien se trata de un personaje real, me pareció absolutamente excelso cuando lo descubrí al leer “Los tres mosqueteros”, de Alejandro Dumas (ya apuntaba maneras en aquella serie “D’Artacán y los tres mosqueperros”, pero fue al leer la novela cuando lo descubrí en su esencia). Sobre esta novela que trata las aventuras de cuatro mosqueteros, no tres, y en la que además sólo una vez apareció aquello de “Todos para uno y uno para todos” tengo que decir que es una de las que más he disfrutado leyendo, en cuanto a literatura clásica se refiere.

Hace mucho que la leí, y la guerra interna por el control absoluto que mantenía el taimado y sutil cardenal, primer ministro del rey Luis XIII, me pareció sublime, muy bien tratada. Su eminencia labraba el destino de Francia entre bambalinas, con una lealtad absoluta al rey, de quien se servía para ejercer el más férreo poder. Esa mezcla de lealtad con malignidad y doble cara (eran sensacionales los momentos en que los mosqueteros hablaban con el cardenal, quien, a pesar de ser su taimado enemigo, era de lo más cortés cuando estaba delante de ellos, ocultando tras una inescrutable máscara el odio que sentía hacia aquellos leales súbditos de su Majestad). Para Richelieu sólo él era leal; el resto, competidores, enemigos que destruir, no había cuartel.

Después de esta novela, Alejandro Dumas llegó a publicar dos más (“Veinte años después” y “El vizconde de Bragelonne”), que a pesar de su interés, ya no contaban con la presencia de su eminencia roja… aunque tampoco estaba nada mal su sustituto, el cardenal Mazarino, pero nada sería igual. La sutileza de Richelieu no conocía parangón.

Sobre las versiones fílmicas, nunca ninguna ha llegado jamás a igualar la imagen mental que me labré de él, aunque Vicent Price, de la versión de 1948, se acerca bastante, recuerdo con especial agrado aquella frase que le dijo, al final de la peli, el osado cardenal al rey, “Pero Majestad, ¿no os dáis cuenta? Soy yo quien gobierna Francia!”. Brutal!!! De los tres expuestos, mi villano más admirado.


NÚMERO 2.


Cuando apareció por primera vez en mi vida me dejó electrizado. El villano perfecto según mi criterio. Tiene todo lo que tiene que tener un villano para que me guste. Una puesta en escena perfecta, un final perfecto… todo, me gusta todo. Inteligente, sagaz, muy despierto, menudo aliado perdieron “los buenos” al tenerlo al lado del mal. Y se entiende. El lado oscuro sabemos que es muy seductor. Su personalidad sanguinaria y cruel es totalmente camuflada por su lado encantador. Es imposible no perdonarle sus crímenes. Yo lo haría. Es lo que pensé cuando leí la novela “La Isla del Tesoro”. Sí, lo has adivinado, hablo de John Long Silver (o John Silver el Largo, como se le ha conocido en muchas partes).

Lo primero que tienes que saber sobre John Long Silver es que ha pertenecido a la tripulación del más sanguinario pirata de todos, el capitán Flint, cuyo tesoro escondido es el “leif motiv” de la novela escrita por Stevenson. De carácter suave, agradable, implicado, se hace amigo del grumete Jim Hawkins… y esa amistad será la que te haga conocer a John Long Silver, capaz de vender a su madre, si de ello saca algún provecho, a pesar de ser el hijo favorito de esta.

Terriblemente adorable, adorablemente terrible, una cosa es segura… cuando le conozcas, no volverás a ver las cosas del mismo modo. ¡Un 10 como villano!

Ron, ron, ron, y la botella de ron!


NÚMERO 3.

Absoluto entre absolutos, cuando conocí a Morgoth todo el universo de Tolkien se me vino abajo, y de sus cenizas resurgió una visión mucho más completa, global y perfecta de este particular mundo.
Morgoth se llamaba Melkor cuando estaba con sus compis junto a Ilúvatar, el Único, allá en una especie de Corte celestial donde todos eran felices y comían perdices.

Un día Ilúvatar tuvo una idea, hacer un mega-concierto donde todos los presentes (llamados Ainures) tendrían una parte, y donde él daría la entrada. Todo era precioso, Ilúvatar comenzó su música, y el resto de los Aiures se unieron en una encantadora melodía, hasta que llegó el turno de Melkor. Él buscaba la originalidad, y creó una distorsión musical horrenda, que provocó el terror de todos los presentes, entre ellos Manwë, mano derecha de Ilúvatar, que intentó enmendar la distorsión intentando volver a la melodía original. Pero ya fue imposible, poco a poco los Ainures fueron retirándose de la canción, y sólo Melkor y Manwë permanecían tocando, enfrentados. La música fiel a Ilúvatar y el estruendo diferente de Melkor colisionaron hasta que Ilúvatar ordenó que se detuvieran. Ambos lo hicieron, agotados. Ilúvatar sonrió. Les dijo… este concierto no ha sido en vano, ha sido muy creativo… tanto, que habéis creado un mundo entero. 

Y es entonces cuando les mostró lo que habían creado, “la Tierra”. Los amaneceres, las nubes, los prados, los ríos, los mares, todo había sido creado en el concierto, pero Melkor y su música habían creado las tormentas, los terremotos, las tinieblas, y la colisión entre unos y otros, montañas, precipicios, y todo lo que le da relieve.

Así, de esta manera comienza Melkor su andadura, y se convierte en un villano ante el cual palidece el mismo Saurón, que no deja de ser una miniatura ante Melkor. Sus maldades le hicieron perder el nombre original, y se tornó Morgoth, el Enemigo Oscuro, y poco a poco se fue debilitando su poder, hasta convertirse en un ser cobarde, lejos de su imagen cuasi-celestial del principio. Su historia es larga y muy interesante, y dejo al lector interesado con la miel en la boca para que indague un poco más. Lo bien cierto es que, tras conocerle, nunca volví a ver el universo Tolkien con los mismos ojos. Aquello alcanzó dimensiones más que épicas, descomunales, titánicas… El villano más poderoso de mi particular “ranking”.

Y al respecto de mis villanos favoritos, esto es to-tototo-tototodo amigos! ;)


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