lunes, 31 de marzo de 2014

GATOS DE CINE: El gato que vino del espacio


Hasta ahora he nombrado gatos cuyo papel dista mucho de ser el principal. Pero esto cambia esta vez. Hoy voy a hablar de “El gato que vino del Espacio”, una de las incursiones en el tema extraterrestre de los estudios Disney.

En 1978 se proyectaba en Estados Unidos esta película sobre un gato extraterrestre, dotado de singulares poderes (básicamente, levitación y telepatía, gracias a su collar espacial), y que tiene un problema por el que debe aterrizar en la Tierra. Tras pedir ayuda a la madre nodriza, y esta no poder dársela, el tripulante debe conseguir apañárselas solo. Su nombre es Zunar J5/90 Doric 4-7. Para reparar su nave necesitará disponer de Org 12, material que aquí en la Tierra se conoce como oro. Con la colaboración de un científico, a quien le debe el nombre más terrícola de Jake, intentará escapar de las manos de investigadores sin escrúpulos, y reparar su nave para volver a la nave nodriza.



El tripulante de la nave, "Jake" es un gato de raza abisinia (raza originada en Egipto, muy parecida a un puma en pequeño), ¿o debería decir que son dos?. El tema es que el papel de “Jake” fue interpretado por un dúo felino, Amber y Rumple, dos gatos hermanos, cuya interpretación conjunta daría lugar al personaje.


En este punto puede que usted, intrépido/a lector/a se plantee: ¿y cómo se las arreglan estos gatos extraterrestres para pilotar la nave, o para realizar cualquier trabajo, si no tienen manos?. He mencionado antes el poder de levitación que les da el collar de última tecnología que llevan, ¿qué nos hace pensar que no tengan algún poder de telequinesis añadido? En este caso, la duda quedaría resuelta, ¿no?. Por otro lado, es sumamente intrigante observar que, una vez se les quita el collar, se vuelven gatos normales y corrientes… es el collar lo único que les diferencia de sus análogos terrestres… o sea, la tecnología les lleva a ser “superiores”, podríamos decir, porque, en lo demás, son idénticos a los terrestres.


Un punto para pensar es que, estando como están los extraterrestres dotados de una supuesta supremacía intelectual respecto a los humanos, se haya idealizado la figura del extraterrestre en forma de gato. No se si alguien dijo alguna vez: “la verdad siempre ha estado ahí, solo hace falta querer verla”, pero creo que sí, pues me parece una frase muy grandiosa para ser de mi cosecha. Lo que pasa es que a veces está más “ahí” de lo que nos creemos. Y con esto no quiero decir nada más que lo que he dicho, no saquen conclusiones precipitadas… porque quizás acierten. 

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