jueves, 17 de abril de 2014

EL CONEJO DE PASCUA Y SU CONEXIÓN CON SEMANA SANTA

EL CONEJO DE PASCUA (EASTER BUNNY)

En Pascua se celebra la RESURRECCIÓN de JESUCRISTO. ¿Qué pinta en esta tradición el CONEJO DE PASCUA? Pues es algo semejante a lo que pinta PAPA NOEL en NAVIDAD, donde se celebra el NACIMIENTO de JESÚS. Y es que el Conejo de Pascua (liebre, en Alemania -OSTERHASE) tiene su miga, pero primero vayamos al origen del asunto: LOS HUEVOS.

Si, el tema empieza por los huevos de Pascua. Y es que los huevos son un simbolo tradicional de fertilidad y renacimiento. Y eso es la primavera, el renacimiento de la vida, y no es casualidad que en esta época del año la Iglesia situe estratègicamente la RESURRECCIÓN DE CRISTO. Pero no nos desviemos... 


La tradición de decorar los huevos viene de antaño, muy antaño. El tema de decorarlos en primavera pertenece a los primeros cristianos, que pintaban huevos de rojo para recordar la sangre de Cristo y su crucifixion. La Iglesia lo oficializó en 1610. Hoy en día los huevos suelen ser de chocolate o de plástico, la práctica de decorar huevos auténticos está en cada vez mayor desuso. 

La tradición consistía en esconder estos huevos, y que los niños los encuentren el día de Pascua (con golosinas y chocolates varios). ¿Quién ha dejado esos huevos? Nada más y nada menos que... EL CONEJO DE PASCUA!!! Sí, aquí es donde entra nuestro amigo. El Conejo de Pascua empezó siendo una especie de juez de niños, premiando a aquellos que se han portado bien dejándoles los más variopintos huevos con golosinas incluidas, y castigando a aquellos que se han portado mal, dejandoles huevos rotos, sin golosinas ni chocolates ni nada. 

Vale, un conejo-juez que entrega huevos y golosinas... pero, ¿cuál es su origen?

Pues cuenta la leyenda que dentro del sepulcro donde metieron el cuerpo de Jesús había un conejo escondido. Cuando cerraron la puerta con la piedra, el conejo quedó dentro encerrado con el cuerpo de Jesús. Él fue testigo de lo que ocurrió dentro del sepulcro, ni más ni menos que lo que da sentido a toda la religión cristiana, el auténtico sentido de todo... LA RESURRECCÍON DE CRISTO! La alegría que tuvo fue tal que necesitó decirlo a todo el mundo, comunicar a todo el mundo lo que había ocurrido. Los conejos no pueden hablar, así que decidió dar el mensaje entregando huevos, símbolo, como ya de dicho, de fertilidad y renacimiento. Así, año tras año, el conejo recorre el mundo entero dejando huevos como símbolo de que Jesús resucitó, que no hay lugar para la tristeza por su muerte, porque la venció, superó esa temible barrera, demostrándonos así su auténtica naturaleza divina. 

¿Qué? ¿Te gustó? Ya sabes, cuando comas un huevo de chocolate estas Pascuas, recuerda el mensaje que el Conejo te ha querido transmitir, el auténtico leif-motiv de toda la tradición y cultura cristianas.